Gestionar proyectos de mejora consiste en dinámicas de sustitución de los sistemas de información, o en la introducción de un nuevo sistema de relaciones con clientes, o en la inversión en nueva tecnología...
Sobre la base de un presupuesto los expertos trabajan en el desarrollo de nuevos sistemas o modelos.
La propia Organización es parte de la mejora, y durante el tiempo que dura la mejora seguimos conviviendo con los mismos productos, los mismos clientes, y seguimos trabajando con la misma gente.
Creemos que en realidad estamos cambiando, pero en realidad lo único que hacemos es “hacer que las cosas estén mejor”.
La introducción de un ERP es un claro proyecto de mejora.
La necesidad de cambiar la cultura (financiera, comercial..) es un claro proceso de gestión del cambio.
Para la gestión de proyectos existen métodos como ITIL, Six Sigma o Prince.
Para la gestión del cambio hay que pensar y desarrollar planes estratégicos.
Los proyectos de mejora se caracterizan por:
- El punto de partida y el destino final son conocidos
- El gran objetivo es mejorar
- Se trata de un proceso lineal con una agenda muy apretada
- Hay un presupuesto ajustado y un control formalizado
- Elección de un enfoque basado en proyectos con una determinada metodología de gestión
- Los expertos dominan el proyecto
- Los profesionales sufren por su “ignorancia”
- Frecuente olvido de que al final son los empleados los que tienen que “trabajar”y los clientes los que tienen que “comprar”. Las compañías de navegación aérea son un claro ejemplo de esto
- La complejidad se suele subestimar
Gestionar el cambio es como un viaje de aventuras que poco a poco va tomando forma.
Hay diferentes destinos, vías de actuación...
Son verdaderos cambios que implican desde la alta dirección hasta los clientes, pasando por los empleados, los proveedores, e incluso los stakholders.
Son procesos en los que es imprescindible que la estrategia, la estructura, la cultura, los sistemas, y las relaciones con clientes, proveedores, y agentres sociales, estén en situación de interdependencia e interrelación.
Los procesos de cambio se caracterizan por:
- El punto de partida es conocido y el destino final, deseado
- El gran objetivo es transformar
- Se trata de un proceso sistémico con un calendario gradual y que se ajusta constantemente a las circunstancias
- La “dirección” es más importante que el “control”
- Elección de una estrategia y de un liderazgo adecuado
- La Dirección domina el proceso
- Los profesionales sufren por la “incertidumbre”.
- Involucración de empleados y clientes desde el principio
- Gestionar la complejidad es una factor clave de éxito
¿Porqué hay confusión?
Nuestra experiencia nos demuestra que muchos procesos de cambio suelen abordarse como proyectos de mejora por tres grandes razones:
La primera, por el miedo de la alta dirección a perder el control.
La segunda, por la desgraciada visión que todavía existe de las personas como “objetos” que se pueden cambiar.
La tercera, por no acabar de entender que las personas están dispuestas a cambiar, pero no se las puede cambiar.
La realidad nos demuestra que en el mundo empresarial las situaciones pueden requerir una mejora, un cambio, e incluso ser ambiguas.
La dificultad de la gestión viene marcada porque las situaciones las determinamos desde nuestra posición y nuestro deseo.
- El punto de partida es conocido y el destino final, deseado
- El gran objetivo es transformar
- Se trata de un proceso sistémico con un calendario gradual y que se ajusta constantemente a las circunstancias
- La “dirección” es más importante que el “control”
- Elección de una estrategia y de un liderazgo adecuado
- La Dirección domina el proceso
- Los profesionales sufren por la “incertidumbre”.
- Involucración de empleados y clientes desde el principio
- Gestionar la complejidad es una factor clave de éxito
¿Porqué hay confusión?
Nuestra experiencia nos demuestra que muchos procesos de cambio suelen abordarse como proyectos de mejora por tres grandes razones:
La primera, por el miedo de la alta dirección a perder el control.
La segunda, por la desgraciada visión que todavía existe de las personas como “objetos” que se pueden cambiar.
La tercera, por no acabar de entender que las personas están dispuestas a cambiar, pero no se las puede cambiar.
La realidad nos demuestra que en el mundo empresarial las situaciones pueden requerir una mejora, un cambio, e incluso ser ambiguas.
La dificultad de la gestión viene marcada porque las situaciones las determinamos desde nuestra posición y nuestro deseo.
Lo que para un directivo es un claro proceso de mejora (ERP), un empleado puede percibirlo como un gigantesco cambio.
En consecuencia, la visión y la comunicación son absolutamente claves.
En consecuencia, la visión y la comunicación son absolutamente claves.
La visión, porque es absolutamente esencial saber elegir la estrategia y el enfoque del cambio.
La comunicación, porque el contexto de un cambio es incierto y ambiguo, y siempre genera inquietudes.
La comunicación, porque el contexto de un cambio es incierto y ambiguo, y siempre genera inquietudes.
Francisco Loscos y Jaap Boonstra